martes, 16 de diciembre de 2014

ACTIVIDAD LITERARIA

LEYENDA DE MI PUEBLO

EL CERRO NACHAO COTO
(Pan de  Azúcar o Cerro Tapado)

Duendecillos del Cerro Nachao

 

Una noche de luna llena, Orlando como de costumbre salió a regar su chacra, cuando de pronto vio a lo lejos, cerca del cerro Nachao-Coto, una Iglesia pequeña y brillante, que estaba ubicada sobre una roca y debajo de ella  se escuchaban doce campanadas, inmediatamente salió corriendo y conto a su esposa, lo ocurrido.
Una mañana muy tempranito, cuando rayaba la aurora Orlando divisó el cerro y grande fue su asombro cuando vio bajar a los Duendecitos desnudos con poco cabello como un bebé, cantando y bailando alegremente; se escondió para verlos más de cerca pero los ladridos del perro asustaron a los pequeños Duendecillos que huyeron despavoridos. El Campesino de retorno a casa iba pensando, mirando los alrededores de las praderas, que embellecían el paisaje natural, cuando tropezó con una piedra de oro, lo cogió y se lo llevó a casa. Durante la noche un Duendecillo le decía en sus sueños que devuelva el oro. Orlando despertó alarmado y pensó para sí mismo que los pequeños hombrecillos también tienen derecho a vivir con tranquilidad y debemos respetar las cosas ajenas y a primera hora devolvió el oro en su lugar, otro campesino al enterarse de aquello, paso por el mismo camino pero el oro ya había desaparecido.
Algunos pobladores han querido subir al cerro pero no han podido por su difícil acceso y sólo han encontrado restos arqueológicos tan antiguos pero en miniatura.
Desde allí Orlando y los Duendecitos bien muy felices, amando la tierra y respetando cada uno de ellos sus espacios, el Campesino en su  chacra y los enanitos en su pequeña ciudad de oro.

 ¡COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA TERMINADO!

Fuente:
Sabios: Orlando Chupica
              Eduardo Ríos 

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